Según el Dr. Feldenkrais, el desarrollo del movimiento desde un punto de vista funcional implica, en primer lugar, nuestra manera de optimizar el uso de nuestro esqueleto contra la fuerza de la gravedad para alcanzar la máxima eficacia y eficiencia en la acción. Una de las manifestaciones de esta relación, se inicia en la infancia temprana a través del reptar y el gatear mediante un conjunto de variadas y diferentes formas según la fase de maduración del bebé. Formas de movimiento primario que preparan potencialmente para el soporte de la cabeza respecto a una postura que nos va a acompañar en nuestro viaje vital y va a requerir de una alta disponibilidad.
Reptar describe el modo de desplazamiento sobre el vientre (deslizándolo sobre el suelo). Gatear se refiere al desplazamiento con el vientre despegado del suelo.
Las dos formas pertenecen a una gran familia de movimientos que ayudan a desarrollar el patrón cruzado.
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